Tras disputar sus tres primeros partidos el entrenador del equipo junior femenino, José Antonio Aranda, nos envia una crónica que nos detalla los comienzos del equipo femenino bolañego.
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Tres capítulos han transcurrido ya para las chicas del C.B. Bolaños y, a pesar de no haber logrado aún la victoria, las experiencias adquiridas están resultando únicas y positivas sobre todo de cara al aprendizaje y a la adaptación a esta nueva categoría.
Y es que la inexperiencia está resultando la nota predominante en la resolución de todos los encuentros, inexperiencia que les ha llevado a pasar del todo a la nada en todos ellos en escasos segundos.
El día 17 del pasado mes se consumaba el hecho histórico al afrontar el primer partido de competición en Albacete y ante el C.B. UCA.
Tras un primer cuarto disputado (14-11), el segundo decantó el resultado ampliamente hacía las albaceteñas, alcanzando los 16 puntos de diferencia. Todo cambió tras el descanso, siete minutos intensísimos en defensa propiciaron el acercamiento hasta los nueve puntos. Durante los siguientes minutos el “quiero y no puedo” hizo acto de presencia. Las albaceteñas continuaban sin anotar, mientras las bolañegas desperdiciaban la oportunidad errando hasta tres ataques consecutivos en situaciones de ventaja numérica. Al final del cuarto, dos errores propiciaron sendas canastas locales que dejaban la ventaja en 13 puntos favorables a éstas. En el último cuarto la salida a la desesperada de las bolañegas sólo hizo aumentar la ventaja visitante. Hasta cinco contraataques consecutivos propiciaron un marcador final (63-37), nada merecido para las pioneras bolañegas.
Con tres semanas de parón se afrontó el segundo de los encuentros. Éste también fuera de casa, en Ciudad Real y ante C.B. Salesianos.
Un buen inicio de partido propició la escapada visitante (6-13) ya en el minuto ocho del primer cuarto. Sin embargo, tres pérdidas absurdas y la inesperada tercera falta de una de las jugadoras propiciaron que en menos de un minuto el resultado pasara al empate con el que acabaría el cuarto. En el segundo período Salesianos se aprovechó del desconcierto del equipo visitante y de su pobre bagaje en el rebote defensivo para marcharse en el marcador adquiriendo una ventaja de casi diez puntos. Pero de nuevo, la llegada del tercer cuarto puso “luz en la sombra”. Un gran trabajo defensivo, sobre todo en primera línea propició que hacia la parte final de este cuarto la ventaja de las locales disminuyera a los tres puntos. Y de nuevo la mala fortuna. Cuando todo parecía favorable, con la moral por las nubes y un contraataque factible tras robo, para ponerse a un punto, una falta técnica inexplicable acabó con las ilusiones bolañegas. De uno pasaron a siete los puntos de diferencia en escasos 10 segundos, finalizando el cuarto con un increíble +9 favorable a las locales. El último cuarto se veía venir, con la sensación de haber hecho tanto para tan poco, con algunas jugadoras fuera del partido y con un pobre rebote defensivo la diferencia aumento hasta los 16 puntos (56-40). La falta de experiencia de nuevo se había cebado con las bolañegas.
El tercer encuentro ya resultó una fiesta, no porque rendía visita el C.B. La Roda (líder invicto de la categoría 3-0), sino porque el pabellón estaba lleno a la hora del partido. Más de 100 espectadores abarrotaban las gradas para rendir un merecido homenaje a estas pioneras del basket femenino bolañego. Y seguro que pasó algo de factura.
Las chicas más nerviosas de lo normal y muy presionadas por el rival finalizaron un primer cuarto para el olvido (4-12). El segundo período resultó algo mejor, continuaban las pérdidas e imprecisiones pero el balance ofensivo se igualó llegando al descanso con 18-27. Y en el tercer cuarto de nuevo el mazo de la experiencia. Hipermotivadas, en poco más de cinco minutos consiguieron limar la diferencia a dos puntos 29-31. Hasta de dos ataques consecutivos dispusieron para igualar o ponerse delante en el marcador, el segundo de ellos con tres alternativas (rebotes ofensivos), pero ni con esas. Y claro, lo de siempre, lo que pudo ser pero no fue. De nuevo la precipitación se adueñó del equipo local y en poco más de un minutos las visitantes se pusieron ocho arriba. El último de los cuartos no hizo sino consumar la victoria visitante. De nuevo precipitación, pérdidas en la presión y ataques mal construidos hicieron del 39-54 el resultado final.
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